domingo, febrero 19, 2012

CONTACTO


Soy de las que piensa que las palabras son importantes porque pueden lograr muchas cosas, nunca le he dado mucha importancia al contacto porque simplemente no lo veía necesario. Hablo mucho y casi nunca me he quedado sin nada qué decir, creo que por eso muy pocas veces ha habido espacio para “algo más”, además soy tan torpe que siempre he retrocedido ante la idea del "contacto" temiendo hacerle daño a la persona que tengo en frente.

Sin embargo, de un tiempo acá me he dado cuenta de que el contacto sí es importante, no indispensable pero sí importante, y puede hacer la diferencia en algunas ocasiones. Hay cosas que a veces no podemos decir con palabras pero que al ponernos en contacto con otra persona, las expresamos perfecto. Un “no estás sola, tú puedes”, “no tengas miedo”, “perdón”, “eres importante para mí” y hasta un “también te quiero”... tantas cosas que se pueden decir con este dichoso contacto.

Una palmada, un jaloneo, un abrazo, alguien tomando tu mano en un momento inesperado o haciendo figuras con sus dedos en tu brazo...

Creo que nada me anima más que un abrazo, y aún cuando no estoy desanimada, sigue siendo reconfortante... ¡siempre es lindo recibir uno!

“Un abrazo es el momento perfecto en el que puedes descubrir qué tan cerca y lejos se encuentran dos corazones.” - Sky Black

“Un abrazo reconforta tanto, no por ser abrazo, sino porque nos demuestra que no estamos solos” - Luis Gabriel Carrillo Navas

"El tocarle la mano a alguien, para mí, es mucho más íntimo y especial que otro tipo de contacto" - Johanna Bernuy S.

Hoy no quiero hacerles preguntas, si quieren decirme qué piensan, GENIAL, siempre feliz de leerlos; y sino, también feliz. Solo quise decir esto. Y ya saben que mi “decir” significa “escribir”.

Besos y abrazos,

Johanna.

jueves, febrero 09, 2012

Decisiones, miedos y otros males

¡Buenos días! ¿Cómo andan? Yo soy un mutante, me estoy pelando y me veo fatal… pero qué se le hace, después del gusto viene el disgusto.

Una palabra que he escuchado mucho últimamente es: “Decisión”. Todo el tiempo estamos tomando decisiones, ya sea sobre lo que vamos a comer, cómo nos vamos a vestir, a dónde iremos, con quién saldremos, etc. TODO es una decisión. Por supuesto, unas son más fáciles que otras.

Y junto con esas decisiones que no son tan fáciles de tomar también viene el miedo a equivocarte. Porque obviamente, ¡uno quiere que las cosas salgan bien! Y pensar en el fracaso pues… no es una opción ¿no?

Es completamente normal que tengamos miedo, pero no podemos dejar que eso nos impida actuar. Personalmente, no creo en eso de que debes arriesgarte siempre, que los riesgos son divertidos, importantes, que la vida es una sola y que hay que vivirla… y mil cosas más.

Yo pienso que sí, la vida es una sola y por eso mismo debes ser cuidadoso en la forma en cómo actúas, no debemos hacer las cosas “por impulso” o porque simplemente nos dio la gana… algo sobre lo que poquísima gente reflexiona es que cada cosa que hacen trae CONSECUENCIAS, y como no pensaron en eso, después no quieren asumirlas.

Si eres “valiente” como para actuar porque “te dio la gana”, entonces sé lo suficientemente valiente como para asumir las consecuencias de esa decisión.

Yo pienso que las buenas decisiones se toman con la cabeza fría y considerando lo que puede suceder si uno las toma. Debemos ser sabios para saber en qué momento nos conviene arriesgarnos y no lanzarnos a la piscina sin saber nadar, como suele hacer todo el mundo. Hablo en serio, ¡dejemos de ser tan estúpidos y pensemos bien las cosas!

Pero entonces vemos otra parte de la situación: Si ya hemos considerado “los pro y los contra” de nuestra decisión y estamos dispuestos a asumir las consecuencias, entonces no dejemos que el miedo nos paralice. El miedo SIEMPRE estará allí y siempre hay posibilidades de que las cosas salgan mal, lo importante es que tú seas consciente de eso.

Si tú estás preparado para asumir las consecuencias de tus decisiones tanto si las cosas salen bien como si salen mal, entonces adelante.

Es solo mi opinión. La vida está hecha de riesgos, pero debemos ser sabios –o simplemente tener tres dedos de frente- para saber cuáles de ellos nos conviene tomar.

Y aquí ya va un consejo personal, ¿dudan si hacer algo o no? Pregúntenle a Dios, Él siempre sabe qué es lo mejor. Y se los digo por experiencia.

Besos y abrazos.

Johanna.

p.d Casi lo olvido, y es que si no les preguntara qué piensan entonces no sería un post mío. Y bueno... ¿ustedes qué piensan? ¿Suelen tomar decisiones sin pensar? ¿Prefieren arriesgarse y ver cómo arreglan todo después? ¡Feliz de leerlos, como siempre!