domingo, abril 19, 2015

Cuándo dejaremos de ignorarlos

Nos dicen que la excusa para no transmitir ciertos deportes en la televisión o para no auspiciarlos es que “no son comerciales”. Mientras tanto, jugadores de diferentes edades y contextos sudan día a día en sus entrenamientos para obtener un buen desempeño en las competencias. 
¿Quién los conoce? Nadie. ¿Quién los alienta? Su familia y amigos cercanos. ¿Qué reciben a cambio del buen desempeño que demuestran en los torneos en los que participan? Nada. ¿Qué estamos haciendo nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes? Igual, nada.

Quizás aún no nos hemos dado cuenta de que sí tenemos parte en esto. El cambio no solo debe y no va a venir de las empresas auspiciadoras –marcas de zapatillas, bebidas energizantes, supermercados, etc.-. Y es que por pura buena voluntad no comenzarán a auspiciar esos deportes y la transmisión en medios de comunicación será automática. Ellas responden a una demanda, y mientras no haya mayor demanda por los deportes no comerciales, no habrá ninguna acción diferente.

No se habla de dejar de transmitir fútbol o vóley, como muchos fatalistas estarán imaginando. Hablamos de que los medios de comunicación se enfoquen en la diversidad de deportes que se practican en el país, dándole más de solo una esquina dentro de su portal o sección deportiva. 
Hablamos de una descentralización deportiva que permitirá que el peruano sepa que no es que seamos malos en todos los deportes, es que hasta el momento ignoraba que ya alcanzó varias victorias con una pelota que no necesariamente va rodando por el gras o cruzando una ned.

Pero, preguntan, cómo vamos a mostrarle a las grandes marcas que queremos más información, más cobertura y más transmisiones. El poder de convocatoria de las redes sociales ya está demostrado y puede ser aprovechado para conseguir el fin que aquí se plantea. 
¿Para cuándo, entonces, una marcha por los deportes no comerciales? ¿Y para cuándo una campaña mediática donde personajes del medio se pronuncien a favor?


Por supuesto, como ocurre con toda iniciativa en nuestro país, se levantarán los “haters” a decir que nos preocupamos de cosas que no valen la pena, que dejemos todo como está. Y mientras se produce esa pelea, los ignorados atletas por los que peleamos seguirán levantándose a las 4:30am a entrenar con un par de zapatillas ya gastadas, esperando que su país por fin se decida a apostar unos cuantos soles por ellos. Ahora sí, la pelota está en nuestra cancha.