viernes, abril 20, 2012

Tortuga Tonta

Oh, tortuga que va lento y no puede conseguir
Alcanzar a la liebre rápida, que a veces parece querer huir.
“Si te pido que me esperes, ¿bajarías la velocidad?”
La tortuga continúa: “Solo quiero tu belleza un momento apreciar”.

Pobre tortuga, paranoica e inestable,
Sabe lo que quiere y a veces no lo hace.
Avanza rápido, avanza lento,
Está bien y luego mal por un momento.

Quiere hacer cosas buenas y muchas salen mal;
Mas los animales solo miran el caparazón,
Duro, frío y marrón
Bajo el cual se suele ocultar.

Piensa mucho, piensa en todo,
Piensa en cosas en las que ni siquiera debe pensar.
Oh tortuga tonta, ¿cuándo por un momento te relajarás?
¡Mira bien! La liebre duerme tranquila mientras tú no consigues descansar.
Y la noche la envuelve diciendo: "Pequeña, deja de pensar."

Tortuga, aprende un poco de la liebre,
Respira hondo, tómalo con calma, ¡no seas tan insistente!
A  veces tanto planear hace daño,
Literalmente.

La mañana empieza y la tortuga a la liebre quiere alcanzar.
Esta vez es el sol quien pronuncia: "Pequeña, deja de pensar".
Nuestra amiga asiente, respira y decide la marcha bajar,
Algún día… algún día caminará junto a la liebre y sonreirá.



¡Hola!
Bueno, solo viene a dejarles un poema que escribí hoy, uno de esos días en que suelo pensar mucho. Sí, yo soy la tortuga -búrlense- como también lo pueden ser a veces muchos de ustedes. 

En fin, abrazos. 
Johanna.

jueves, abril 05, 2012

¡Drama Queen al poder!

Desestabilizarse, perder el control o –en palabras simples y comunes- PONERSE HISTÉRICO. Llega un momento en el que sucede. No sabemos cómo, pero llega el punto en que simplemente algo dentro de nosotros se rompe o desarma.

Puedes haber tenido un gran día, puedes haberla pasado de lo mejor, pero muchas veces solo hace falta un pequeño asunto que te perturbe para tirar todo abajo. Es triste porque nos olvidamos de todo lo bueno y solo podemos pensar en lo malo. ¡Cerebro del mal que nos juega estas pasadas!

Si tan solo pudiéramos recordar las cosas lindas y tratar de no enfocarnos en lo que apesta. Pero casi nunca se puede, porque dentro de cada uno de nosotros (chico o chica) hay una Drama Queen o un Drama King esperando ser liberado y es justo en estos momentos en que, mismos hermanos de Sansón, toman una fuerza increíble y se apoderan de nuestro ser.

Cuando tu Drama Queen interior sale a relucir y toma el control temporal de tu ser, normalmente comenzamos con frases como: “¿Y ahora qué haré?” ¿#ChapulínColoradoMoment? No lo creo. O también están las conocidas: “¡Nada vale la pena!”, “No puedo soportar más esta situación”, “A nadie le importa cómo me siento” y más sacadas del CD: Momentos Emo. #Ylosabes.

Yo creo, y considero que mi opinión tiene validez porque me declaro Drama Queen graduada de la EPD – Escuela Para Dramáticas, que el 70% de las cosas que decimos en esos momentos no son verdad; para nosotros PUEDE que se sienta como la verdad pero en realidad no lo es. Solo necesitamos superar esa crisis momentánea y seguir luchando con fuerza.

Nadie dijo que la vida sería fácil, nadie dijo que te sentarías a tomar una rica leche chocolatada (#FanDeLaChocolatadaDetected) mientras ves cómo todas las áreas de tu vida encajan perfectamente. Nada que ver. La vida es dura, señores, dura pero no imposible. La vida te ataca pero no te destruye. ¿Y por qué? Porque simplemente es cuestión de opciones y aquí se trata de escoger las correctas.

Puedes disfrutar tus cinco minutos de crisis y luego reponerte y prepararte para el siguiente round. Recuerden, humanos: La vida es como una pelea de box. Puede que te golpeen muy fuerte en un round pero lo importante es que estés despierto para el siguiente y que nunca te hagan knockout.

Y además, siguiendo con este lindo simbolismo, siempre hay alguien en nuestra esquina, dispuesto a darnos agua para reponer fuerzas. Los padres –sí, la mamá tan chinchosa que juras que tienes, esa misma- , tus amigos y por supuesto, no se olviden del más grande, DIOS.

Ánimo, compañeros. Siempre llega el momento en que la Drama Queen y el Drama King salen a relucir; lo importante es no dejarlos afuera mucho tiempo para que no nos hagan pensar mucha tontería... o peor aún, hacer muchas idioteces.

Besos y abrazos,

Johanna.