miércoles, abril 03, 2013

Un viaje por la sorprendente vida del mejor


Mudo, alcohólico, analfabeto, viudo y admirador de Jesucristo. Uno de los más grandes cantautores y pensadores de todos los tiempos, ni más ni menos. La historia de Facundo Cabral se resume en un conjunto de sucesos inesperados que desencadenan en una muerte que conmocionó al mundo entero.



Muchos dicen que las historias llenas de cosas inesperadas no están completas hasta que tienen un final igual de inesperado. Los doctores creían que era idiota y su madre, mudo. Se equivocaron. Facundo Cabral fue escritor, filósofo y músico. Y desempeñó con excelencia cada una de estas tareas.

Si tuviera que elegir una palabra para describir al multifacético Facundo sería esfuerzo. Esfuerzo al escapar de casa y buscar llegar como sea a la capital para pedir trabajo. De lo que sea, pero trabajo.

Esfuerzo. Es 1946 y él ya tiene nueve años. Sentado al lado de la Catedral ve acercarse a la pareja presidencial. Esta es su oportunidad. Se acerca, lo detienen, lucha y finalmente logra su cometido. “¿Hay trabajo?” pregunta Facundo. Él había escuchado que el Presidente ayudaba a los pobres, así que no había nada de malo en pedir esa ayuda. “Por fin alguien que pide trabajo y no limosna” sentencia Evita Perón, Primera Dama de Argentina.

Logra que a su madre le den trabajo en una escuela y que a él lo metan a estudiar allí. Pero no se queda. Demasiado inquieto para ser un simple estudiante, decide ir a trabajar al campo y termina convirtiéndose en un joven problemático.

La palabra esfuerzo le sienta bien pero no es el único sustantivo. La rebeldía también lo describe. Entonces, ¿fue un rebelde esforzado? Estimados, Facundo fue eso y más.

Rebeldía. Es 1951, 14 años para Cabral. Está en la cárcel por recurrir más a los golpes que a las palabras. El odio hacia su padre lo consume y no le deja seguir adelante. No entiende por qué abandonó a su madre, por qué lo abandonó a él. Pero quiere venganza. Y entonces aparece la que podría ser la primera figura paterna que jamás ha tenido: Un jesuita, que cansado de los pleitos en los que andaba metido, lo mete a una biblioteca y le enseña a leer.

Nuestro protagonista escapa de la correccional sin imaginar que estaría a punto de conocer a uno de sus más grandes ídolos: Jesucristo. Se lo presenta un mendigo, así como quien no quiere la cosa. Y Facundo descubre en Jesús y en los profetas enseñanzas que calaron profundo y se volvieron temas fundamentales para este rebelde muchacho que, después de todo, ya no era tan muchacho.

Muchos dicen que las historias llenas de cosas inesperadas no están completas hasta que tienen un final igual de inesperado. Facundo se vuelve músico, se hace famoso y comparte sus pensamientos. Viaja mucho y escribe bastante. Canciones, pensamientos, lo que pueda. La gente lo escucha como quien escucha a alguien que dice cosas inusuales pero con bastante sentido.

Es 2011 y Cabral ya no tiene las energías de antes. Sesenta años han pasado y muchas experiencias han sido ganadas. Celebra sus últimos conciertos y regala las últimas melodías al público que tanto lo aclama. Nuestro muchacho creció y de chico problema pasó a ser uno de los más grandes cantautores, filósofos y escritores del mundo. No obstante, aún conserva el aire rebelde y soñador que lo ha marcado durante toda su vida.

Una avenida que normalmente está llena de gente se encuentra prácticamente desierta. Son las 5:19am y Facundo se dirige al aeropuerto de Guatemala. Está cansado. Los años no han pasado en vano y las energías ya no son las mismas. Debe alcanzar un vuelo que lo llevará al siguiente destino en la gira que realiza.

Va sentado en el asiento del copiloto y lo sigue un auto con dos de sus custodios. La noche está tranquila y todo parece estar bajo control. De la nada aparece un auto. Va muy rápido, los alcanza, los intercepta. Se escuchan disparos. A las 5:20am Facundo Cabral es asesinado de varios balazos. Sus 74 años se fueron en un instante y el mundo entero lo lamenta.

Muchos dicen que las historias llenas de cosas inesperadas no están completas hasta que tienen un final igual de inesperado. Y eso pasó con Facundo. Nadie esperaba que fuera asesinado un 9 de julio del 2011.

¿Qué más se puede decir de Facundo Cabral? ¿Que a los 46 años conoció a su padre y con eso cerró por fin ese capítulo de su vida? ¿Que su esposa y su hija fallecieron en un accidente de avión? ¿Que fue nominado al Premio Nobel de la Paz pero no ganó?

Se pueden decir muchas cosas de él, se pueden contar muchas anécdotas. Pero con ninguna de esas historias podría llegar a enfrascar su esencia. Cabral se nos fue hace casi ya dos años y hoy, al escuchar sus melodías, la piel todavía se nos pone “chinita”.

“Amo y señor de mí mismo, sin bandera y sin espada
Al viento devolveré las maravillas prestadas
Las alegrías de ser y hacer lo que uno ama
Querida, perdóname si a ti no te dejo nada...”

El mundo entero te perdona, Facundo. Y te agradece. Tu sorprendente vida y tú, nos dejaron más de lo que alguna vez pudimos esperar.