¡Hola! ¡Primer post del 2014! ¿Sabían
que el blog cumple 7 años en mayo? Y bueno, si hiciera una fiesta con la gente
que suele leerme, probablemente solo estaríamos un par de amigos cercanos, mi
vieja y yo. Pero como que no importa eso. Para mí el simple hecho de haber
mantenido esta página 7 años, ya me hace pensar que puede acabar en algo bueno.
¿Nunca has sentido que todos
avanzan y tú no? ¿O que todos encontraron la respuesta a la pregunta que tú
hiciste primero? Me pasa y bastante. Y entonces comienzo a reprocharme a mí
misma cosas como “Pero ¿qué te pasa?”, “¡Avanza más rápido!” y otras de ese
estilo.
Sentimos que al parecer todos
consiguieron o están en camino a conseguir lo que querían, pero que con
nosotros la historia no salió así, los ingredientes no se mezclaron bien o no
sabemos qué rayos pasó, pero el punto es que parece que nos hubiéramos detenido
y por más que aceleramos, no avanzamos ni un paso.
Pienso (y esto es lo que
intentaba decirme a mí misma antes de empezar a escuchar canciones tristes y
ponerme en posición fetal) que no todos avanzamos con la misma velocidad. No
importa si otro va más rápido o si llegó antes que tú. Importa que sigas
avanzando, a tu paso, pero avances.
Y si en el camino necesitas
parar un momento para descansar, llorar o qué sé yo, bailar como loco tu
canción favorita, ¡también está bien! Porque estás recargando fuerzas y
volverás con mejor ánimo a la carrera.
Deja de compararte con otros.
Deja de pensar que eres lo peor que hay (o también lo mejor, que ninguna de
esas opciones va bien). Lo verdaderamente especial es que llegues al final de
la carrera habiendo mantenido tu velocidad, siendo fiel a ti mismo, a tu paso.
El 2014 está empezando, no dejes
que te lleve por delante. Hay mucho, falta mucho, puedes hacer mucho.
Buen verano,
Johanna.