viernes, septiembre 25, 2015

Un mundo de locos

Nunca terminamos de conocer a las personas. Es una verdad universal que pocos estamos dispuestos a aceptar. Es como si comieras algo aparentemente dulce y al ponerlo en la boca te produce más muecas que chupar un limón; o algo que ni te provoca y cuando lo pruebas, no puedes parar de preguntar dónde conseguir más.

Foto: http://wallpaperwidehd.blogspot.pe/
Hay de todo y para todos, y a lo largo de la vida nos vamos a topar con tantos tipos de personas que nos preguntaremos si alguna vez se repetirá alguno. Lo peor que podemos hacer es dar por sentado que si alguien es bueno hoy, lo seguirá siendo mañana; que si un individuo te trató mal hoy, lo hará así por el resto de los días. La gente cambia, aprende, se transforma y deja de ser como es, tanto para bien o para mal.

La humanidad nunca dejará de asombrarnos y quizás en eso está el encanto y a la vez el peligro de la vida: En que una misma persona puede hacerte reír como nunca y también botar las lágrimas más amargas, en cuestión de minutos.

Sí, todos cambian y te sorprenden, pero verás que en el transcurso de tus días, algunas veces terminas cruzándote con unas cuantas personas que se muestran como son desde el principio, reales y sinceras. Y verás también que es un mundo de locos pero que a algunos, esa locura les sienta bien.


Johanna

p.d Enjoy.


miércoles, septiembre 02, 2015

Cómo cancelar una boda dos horas antes de que suceda

Mi hermano está limpiando el baño de la casa y no tengo idea por qué. ¿Acaso la ceremonia será aquí? Tengo puesto un vestido blanco y no, no es el que usaré en la boda. ¿En serio me caso? ¿Quiero casarme?

Y entonces me golpea como un baldazo de agua fría: No. Estamos en octubre del 2015 y yo no quiero casarme. Es más, ahora ni siquiera puedo recordar el nombre del novio. Veo las invitaciones y dice “Joa” y sin H, y un nombre raro, que asumo pertenece al futuro esposo. Dice que nos casamos después de un año y medio de relación. ¿Qué relación? Para un momento, yo no recuerdo nada.

Mi mamá salió para terminar de coordinar algunas cosas y se supone que yo debo salir de la casa ya lista para ir a la iglesia. ¿Y si no me caso? Siento una presión en el pecho que casi no me deja respirar, ¿y mi familia? ¿Y la gente? ¿Qué me van a decir? Pero la otra opción es casarme y pues... prefiero recibir los gritos y las críticas.

Yo, disfrazada de novia, hace dos años.
Le mando un mensaje a mi mamá: Se cancela la boda. Me llama de inmediato, “¿cómo que se cancela?”, grita, “¿qué te pasa?”. Le explico que uno se casa por amor y yo no sé por qué lo estoy haciendo. Le pregunto que cómo se llama el novio y la respuesta es un silencio incómodo. Cuelgo. Minutos después mi celular suena y empiezo a recibir mensajes de whatsapp de dos de mis tías, me mandan fotos de la limosina que me llevaría a la iglesia, de la decoración y del lugar de la recepción, seguido ponen: “CÓMO QUE NO TE VAS A CASAR. HEMOS GASTADO UN MUNDO EN ESTO”. Se me encoge el corazón, están enojadas.

De pronto ese cuarto queda atrás y ahora estoy en el lugar de la ceremonia, en el mismo vestido blanco que no es el de novia y veo a los invitados todos arreglados afuera. Entra mi mejor amiga y le repito lo que le dije a mi mamá: “Dile a todos que se cancela la boda, ¡no me voy a casar!”. Me mira sorprendidísima y luego se retira para empezar a repartir el mensaje. Ya es un hecho, no me caso y no me caso.

Uno a uno, entran al cuarto y empiezan a saludarme, como si me dieran el pésame. Gente que no esperaba ver, gente que conozco y gente cuyo rostro no recuerdo. ¿Se hace esto cuando alguien cancela una boda? Por último, entra mi papá y me pregunta que por qué no me casé. Le digo que no es mi momento. Acepta y me lleva al cine. Y luego todo negro.

Me desperté como a las cinco de la mañana. Definitivamente este sueño entra en el top 3 de los más reales que he tenido. No más comer antes de dormir; causa pesadillas, dicen.