martes, diciembre 08, 2015

El hábito de ver malas películas y disfrutarlo

Verán, a mi mejor amiga y a mí nos encanta ver películas; de hecho, es una de las cosas que más hacemos. El tema es que siempre terminamos viendo películas malísimas (y me refiero a MALÍSIMAS con negrita y mayúsculas), de temática floja como las típicas gringas sobre una reina de graduación o esas de terror que desde que empiezan ya sabes cómo va y sientes pena por las actuaciones tan malas.

Rocking the ride since 2010.
Siempre que nos juntamos tenemos la esperanza de ver una buena película y casi nunca es así, ya sea porque está en mala calidad o porque carga lentísimo y tenemos que elegir la que avance más rápido. Pero el punto es que al final del día siempre terminamos riendo y burlándonos de las malas actuaciones, los clichés o los subtítulos cuya traducción parece hecha por un niño de cinco años. ¡Y lo disfrutamos! 

Y eso me hizo pensar en que la vida va un poco de esa manera. La verdad es que no siempre vamos a “ver una buena película” con grandes actores y una trama interesante. Es decir, no siempre vamos a estar donde queremos y haciendo lo que queremos. No siempre vamos a tener la compañía que quisiéramos o el trabajo que anhelamos. Pero la pregunta es si vamos a dejar que eso nos impida disfrutar lo que estamos viviendo. Si vamos a optar por lamentarnos y compadecernos de nuestra “pobre y sufrida vida” o nos agarraremos bien los pantalones dispuestos a meterle algunas risas a nuestro día a día.

Creo que al final de todo no va a importar cuántas películas buenas viste, sino cuántas (buenas, malas, comedias, terror, etc.) disfrutaste realmente. En cristiano, no va a importar si viviste las mejores experiencias, fuiste a los mejores lugares y te rodeaste de las personas más bacanes del mundo, sino cuánto te esforzaste por sacar lo mejor de aquello que te tocó vivir, cuántas sonrisas soltaste en medio de los problemas, en fin, cuán feliz fuiste.

La felicidad es una forma de viaje, no un destino. Disfruta el camino!

Abrazos,
Johanna.