Creo que una de las razones por
las que no logramos ser felices es porque nos pasamos la vida esperando que
llegue algo grande, el GRAN trabajo, el GRAN carro, el GRAN viaje… y lo hacemos
tanto que olvidamos mirar a lo que está al frente.
Es cierto que tenemos sueños y
deseos que no se van a ir por nada del mundo, y la verdad es que nadie dice que
tengan que irse. El punto aquí es no olvidarlos pero a la vez no dejar que te
impidan disfrutar de lo que tienes en este momento. Cuando nos pasamos la vida pensando
en que aún no llega eso que tanto anhelamos, comenzamos a llenarnos de amargura
y resentimiento, e incluso se pone peor cuando vemos que otros ya están
disfrutando de “su sueño”. Puede que aún no llegue eso que anhelas (y que falte
bastante para que suceda), pero si pierdes de vista lo que tienes ahora, vas a
terminar lleno de tanto resentimiento que poco a poco te irás alejando más y
más de eso que quieres.
“La vida no es un día más, si no
un día menos”, leí hace poco, y me hizo pensar en esto. Si dejamos que nuestros
días se pasen entre lamentos por no tener lo que queremos, jamás llegaremos a
alcanzar eso que tanto anhelamos. Que tus sueños no sean lo que te haga
despreciar el lugar en el que estás ahora, sino los que te motiven a dar tu
mejor esfuerzo mientras peleas por alcanzarlos.
Abrazos,
Johanna