domingo, agosto 12, 2012

El verdugo

Entra a tu cabeza y no sabes muy bien por qué, simplemente de pronto un día lo empezaste a sentir. Lo sentías recorriendo tu estómago, avanzando por tus venas, poco a poco subiendo y también bajando. No sabías a dónde se dirigía, por qué rayos daba tantas vueltas si lo más lógico (¿sensato? ¿Esperado?) era que te matara cuanto antes. Claro, no sabías que lo que buscaba era expandir su veneno por todo tu organismo. Muerte segura.

Tu cuerpo lo rechaza, y es que, ¿quién en su sano juicio le abre la puerta y hasta celebra la llegada de su verdugo? Nadie. Tu organismo advierte la presencia de un agente no conocido, alguien que no pertenece ahí pero tú sigues tratando de tranquilizarlo diciendo que probablemente está en un error y que no hay nada anormal.

Y es que ese es su juego, hacerte creer que todo está bien cuando en definitiva, no lo está. ¿Por qué lo hace? ¿Eso ayuda a atraparte más rápido? Probablemente sí, probablemente no. Quizás y solo le divierta más.

Pasan los días y su veneno infecta todo tu cuerpo, al punto en que te encuentras haciendo cosas que ni siquiera recordabas haber querido hacer; tus músculos están rígidos, las facciones de tu cara hasta se han endurecido un poco –se podría decir- pero a pesar de todo, aún tienes esa sonrisa un poco estúpida en la cara, y la verdad, no tienes ni idea de dónde sale. No te das cuenta que es otro de los efectos del veneno del bicho.

¿Es un bicho? ¿Es un monstruo? ¿Es un virus? No tienes la más remota idea. Solo sabes que hay algo en tu cuerpo que te está haciendo daño. Ah, también sabes esto: Quieres que se vaya, y nunca habías querido algo con tal intensidad en toda tu vida.

Los días siguen pasando, te desesperas, te haces daño, gritas, pataleas, te jalas los cabellos intentando sacarlo de tu mente, de tu cuerpo, de tu sangre... “¡¿CUÁNDO TE IRÁS?!” gritas de pronto. ¿Por qué no te deja en paz? ¡¿Por qué?! Te debilita, lo sabes... Intentas no hacerle caso, todo está bien, no pasa nada; si pretendes que no está allí no pasará a mayores.

Oh, sorpresa. Los días se convierten en semanas y las semanas en meses, y tu intento de no hacerle caso y seguir como si nada parece no funcionar. Tus huesos están débiles y tus órganos ya no funcionan como antes, ¿qué está pasando?

Quizás... quizás no debas seguir intentándolo; a fin de cuentas, solo duele cuando te resistes... quizás si te rindes ante este veneno, tu cuerpo lo recibirá y aprenderá a convivir con él. Y olvidas que el veneno es veneno y termina matándote a cualquier precio.

Pasa la primavera, el verano y quizás también el invierno, ni siquiera lo notas porque ya no te importa. Has aceptado lo que te pasa. No. No lo aceptaste, te rendiste ante ello. Y un día de la nada aparece alguien, ese que nunca pensaste, ofreciéndote la solución. ¿Es verdad esta vez? Tantas veces durante estos meses soñaste con eso que ahora que lo tienes ahí te es imposible creer en lo que dice.

“Traigo el antídoto” dice. Pronuncia tu nombre porque lo trajo especialmente para ti, sabe todo y vino a ponerle fin y sacar a ese parásito, monstruo, cosa o lo que sea que está dentro tuyo.

De pronto, como si lo que acababa de decir no fuera importante, te pones de pie, sales un momento del rincón en el que te has refugiado estos últimos meses y dices: “Ya no hace falta. Estoy bien, es mejor así”.

Dejaste de intentar. Lo aceptaste. Te rendiste. Perdiste.

Y entonces la pregunta hecha líneas arriba obtiene su respuesta, ¿quién en su sano juicio le abre la puerta y hasta celebra la llegada de su verdugo?
Los que se ciegan, los que dejan de luchar, los que se rinden.

Fin.

Post dedicado a una nueva G. Sigue peleando, sigue luchando, sigue intentando. Te quiero.

sábado, agosto 11, 2012

Un arte difícil, pero no imposible

Hola de nuevo! Qué lindo venir a llenarlos con mis sonseras una vez más. Las últimas 2 han sido casi seguiditas eh... paja, me gusta eso, así no nos perdemos tanto.

Nada, para variar hoy pensando en muchas cosas, pero especialmente en cierta situación que pasó una amiga y que me animó a escribir esto.

Siempre digo que las cosas pasan por algo, que la luz viene al final del túnel, que puede que la tormenta dure mil años pero de que saldrá el sol, SALDRÁ. Y es cierto, así lo creo. Pero obvio cuando estamos dentro de “la situación” en sí, es tranca darnos cuenta de eso.

Y esto va para todos nosotros, exagerados melancólicos, que a veces olvidamos que siempre vienen cosas mejores: TODO PASA. Lo bueno, lo malo, el éxito, la derrota... todo pasa. Siempre vienen más cosas, a veces mejores, a veces peores... el punto está en aprender a sobrellevar todo.

Si algo empezó bien, no siempre termina así, al igual que algo que empezó mal no siempre termina de esa manera... porque puede que en el camino se arregle encontrando la verdad de las cosas y encuentre un final feliz.

No todos los días son buenos pero siempre hay algo bonito en cada uno. Aprender a distinguir eso “bueno” cuando estamos teniendo un día pésimo, es un arte, arte difícil pero no imposible de dominar. Y me parece –digo no más- que mientras más rápido empecemos a practicar, menos tiempo nos tomará volvernos expertos.

¿Alucinas que algo te pase y seas capaz de ver esa “cosa” buena en todo? ¡Brother, qué paja sería! Me gustaría ser una persona que en TODO, pero TODO tiempo pueda ver ese “algo bonito”; sin embargo, a veces pareciera que lo buscara cual aguja en un pajar y no pudiera encontrarlo. Falta práctica, Johnny. Me falta práctica. ¿Y a ti?

Las cosas, planes y proyectos, no siempre salen como nosotros queremos porque, RECUERDA, la última palabra no la tienes tú, sino Alguien mucho más sabio e inteligente, if you know what I mean.

Así que, si algo no resultó, probablemente es porque hay mejores cosas planeadas para ti. Obvio en ese momento no lo entendemos y nos mantenemos en nuestra actitud de “¡Puchicana! ¿Quién podrá defenderme ahora?” y comienzan las crisis del “nadie me quiere, todos me odian, mejor me como un gusanito”.

Flaco, ¡aparta la galleta de soda de tu brazo! Y tómate un momento para pensar (PENSAR EN SERIO) y empieza a practicar el arte de “Ver lo bueno” incluso en lo MÁS, MÁS, MÁS caca que te pueda pasar.

Y como dije hace unos días: Algún día entenderemos el porqué de las cosas, pero mientras que la vida nos siga agarrando a puñetes: sonriamos, es la mejor defensa y a veces causa KNOCK OUT.

Abrazos, Johanna.

Post dedicado a G. Pequeña, tú sabes que vienen cosas mejores. Dios te moldea y trata con tu carácter para hacerte más hermosa. ¡Y vaya que tú ya lo eres! Sigue sonriendo, que ya vas noqueando a varios.

jueves, agosto 09, 2012

Para ti que estás aburrido... y un poco para mí también

Probando, probando, ¿aló?
Espero que aún logren mantener un poco de calor a pesar de este frío y loco clima; aunque yo, les confieso, amo el invierno. Nada de sudar como chanchos en el horno ni de soportar ciertos olores desagradables que produce el calor en algunas personas. Ok, no hablemos de olores, sudores ni fluidos corporales.

¿Nunca llegan esos días en que quieres simplemente irte lejos y comenzar de nuevo? A un lugar donde nadie te conozca, donde todo sea nuevo, donde TÚ seas nuevo. Ya, probablemente no tengas ganas de desaparecer ni nada así, pero por lo menos alguna vez has sentido que no entendías el porqué de muchas cosas y que querías empezar de nuevo en algún área de tu vida.

¿No sabes si eso te ha pasado? Bueno, algunos indicadores pueden ser los siguientes –se pone los lentes-: en esos momentos sientes algo así como que estás aburrido de lo actual, cansado de lo que te sucede, ya no quieres hacer lo que siempre haces, sientes que no entiendes nada, quieres cosas nuevas y las quieres al instante.

Suele pasarme, debo decir. De la nada y misma loca calata andando por la calle, me arrebato como canción de reggaetón y me provoca hacer un millón de cosas nuevas en lugares distintos; me provoca ver caras nuevas y empezar relaciones distintas, no porque las actuales no me gusten, sino porque algo nuevo siempre trae un poco de emoción y adrenalina a nuestras vidas.

Y bueno, para ti, peruano promedio que al igual que yo no puede chasquear los dedos y cambiar de casa, ambiente, perro y hermano -sí, para ti con cariño-, aquí algunas cositas a considerar para los momentos en que esas ganas locas de botar todo, armar maleta e irte lo más lejos posible, te invaden.

Primera cosilla, así bien simpática: Para obtener emociones nuevas, no necesitas irte muy lejos. Maifrén, basta con mirar un poquito a tu alrededor y darte cuenta de que hay MUCHAS cosas que aún no has hecho. De hecho, así DE HE CHO, tienes algunas cositas en esa famosa lista de “Algún día”, “Para mañana” y por qué no, la lista del “cuando me anime”. Bueno, te tengo noticias: ¡Llegó la hora de animarte! Si estás aburrido y cansado de lo que te rodea, ajústate los pantalones y proponte hacer un par de cosas que habías olvidado que querías hacer.

Segunda cosilla: No se necesitan caras nuevas, sino una nueva manera de mirarlas. A veces podemos llegar a aburrirnos de la misma gente, pero muchas veces es porque SIEMPRE hacemos lo mismo...y así quién no se aburre pues, tampoco hay que exigirnos tanto. So, deja de hacer los típicos planes de “Cine y comida”, “Compras y Starbucks”, etc. y busca algo más emocionante que ofrecerle a tus patas. En serio, hace la diferencia.

Tercera y final: No siempre requieres un cambio de ambiente, sino de actitud y de rutina. ¿Te has preguntado si las cosas se ponen aburridas porque son aburridas o porque en realidad es tu actitud la que las pone así? Este es un punto en el que tengo que chancar bastante. A veces, me saboteo a mí misma haciendo las cosas con una cara de poto total y con cero disposición. Y bueno, flacos, ¿a quién no le cansa eso? Si las cosas están feas, aburridas, densas o como quieras llamarlas, PONLE GANAS, cambia la forma de hacerlas, el orden, cambia lo que quieras, pero CAMBIA ALGO.

Entonces, para terminar: Sacúdete lo que sea que te aqueje y haz algo nuevo. Ponle buena cara a la vida, cambia la rutina y canta una canción. No importa si lo haces bien o mal, que al final eres tú quien canta, se acabó.

Abrazos, Johanna.

Post dedicado a D. Algún día entenderemos todo. Por ahora: Sonríe, maifrén, que la bonita sonrisa ya la tienes.

lunes, agosto 06, 2012

No importa cuántas veces me llames idiota

Hola! Les doy calurosa bienvenida, bastante opuesta al HELADO saludo con que me recibió el ciclo 2012-II. Así es, de vuelta a la universidad.

Triste que tu centro de estudios sea el primero que empieza entre todas las otras universidades, pero bueno, así están las cosas, ya algún día iniciaremos clases a mediados de agosto como todos los demás y tendremos manos con 5 dedos, bueno, no todo en la vida puede ser lógico. Ok no. #LapsusComercialDelBancoFinancieroDetected.

Ya, cambiando de tema, siempre nos gusta tener la aprobación de los demás, ¿cierto? Bueno, no es que nos guste así como que es imposible hacer algo sin que otros estén de acuerdo, pero ADMITÁMOSLO, es mucho más fácil ver que las personas te alientan que sentir que se te clavan flechas llenas de “Pobrecito/a, no sabe lo que hace”.

Yo, lo reconozco, me siento mucho más cómoda cuando personas cercanas e importantes a mí están de acuerdo con lo que decido, pienso, hago. Eso no me hace perder personalidad ni nada, simplemente admito que es paja ver que estamos de acuerdo muchas veces. Lógico, hay veces que no y es normal.

Pero, ¿nunca han estado en ese incómodo momento en que tomas una decisión, ya sea complicada o simple, y de pronto todo el mundo está contra ti? O bueno, no en contra, pero simplemente piensan algo distinto.

A mí me ha pasado y me han llamado desde ingenua, pasando por lorna y llegando hasta idiota. No me ha pasado solo una vez y ok, les tengo noticias, sí, a veces soy ingenua, lorna soy de nacimiento e idiota, bueh... supongo que a veces me he comportado como una.

A lo que yo voy es que si estás seguro de querer hacer algo (y ya he hablado en otro coso-artículo del proceso para tomar decisiones y de nuestra capacidad para asumir las consecuencias) y de pronto mucha gente no está de acuerdo, quizás debes reconsiderarlo, y si después de hacerlo sigues estando seguro, entonces: Go for it, my friend.

I mean, es obvio que estas personas que se oponen tienen buenas razones para hacerlo -o al menos eso espero-, así que tómate un tiempo “extra” antes de hacer lo que piensas hacer y evalúa lo que te dicen, total, no pierdes nada.

Si lo pensaste dos veces y te diste cuenta que naranja guando con lo que pensabas hacer, entonces ¡en buena hora! De la que te salvaste.

Pero, Johnny, si después de pensar en todo sigues seguro de lo que harás, no dejes que los otros comentarios te desanimen, es común que a veces estas personas que se preocupan por ti se dejen llevar por el amor y te traten un poco feo, así tipo “Más me pegas, más te quiero”, a ver si con eso reaccionas. Recuerda: Es bueno escucharlos y considerar lo que dicen, pero tampoco debes olvidar por completo lo que sientes y piensas, y AGAIN: SI ESTÁS PREPARADO PARA AFRONTAR LAS CONSECUENCIAS Y HAS PENSADO (USADO TU LINDO CEREBRO), entonces bueno, qué más pe.

Por lo demás puedo decir que en mi corta experiencia de vida, ha habido veces en que los otros tenían razón y debí o no debí hacer algo y asumí las consecuencias, PERO también hubo veces en que lo que yo pensaba e hice era lo correcto y fue buenazo.

En todo caso, los dejo con esta frasecita que me gusta bastante y de nada más y nada menos que un GENIO como lo fue Facundo Cabral:

“De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.
Bendición, hermosos.

Johanna.