Nada, para variar hoy pensando en muchas cosas, pero especialmente en
cierta situación que pasó una amiga y que me animó a escribir esto.
Siempre digo que las cosas pasan por algo, que la luz viene al final del
túnel, que puede que la tormenta dure mil años pero de que saldrá el sol,
SALDRÁ. Y es cierto, así lo creo. Pero obvio cuando estamos dentro de “la
situación” en sí, es tranca darnos cuenta de eso.
Y esto va para todos nosotros, exagerados melancólicos, que a veces
olvidamos que siempre vienen cosas mejores: TODO PASA. Lo bueno, lo malo, el
éxito, la derrota... todo pasa. Siempre vienen más cosas, a veces mejores, a
veces peores... el punto está en aprender a sobrellevar todo.
Si algo empezó bien, no siempre termina así, al igual que algo que
empezó mal no siempre termina de esa manera... porque puede que en el camino se
arregle encontrando la verdad de las cosas y encuentre un final feliz.
No todos los días son buenos pero siempre hay algo bonito en cada uno.
Aprender a distinguir eso “bueno” cuando estamos teniendo un día pésimo, es un
arte, arte difícil pero no imposible de dominar. Y me parece –digo no más- que
mientras más rápido empecemos a practicar, menos tiempo nos tomará volvernos
expertos.
¿Alucinas que algo te pase y seas capaz de ver esa “cosa” buena en todo?
¡Brother, qué paja sería! Me gustaría ser una persona que en TODO, pero TODO
tiempo pueda ver ese “algo bonito”; sin embargo, a veces pareciera que lo buscara cual aguja en un pajar y no pudiera encontrarlo. Falta práctica, Johnny.
Me falta práctica. ¿Y a ti?
Las cosas, planes y proyectos, no siempre salen como nosotros queremos
porque, RECUERDA, la última palabra no la tienes tú, sino Alguien mucho más
sabio e inteligente, if you know what I mean.
Así que, si algo no resultó, probablemente es porque hay mejores cosas planeadas para ti. Obvio en ese momento no lo entendemos y nos mantenemos en
nuestra actitud de “¡Puchicana! ¿Quién podrá defenderme ahora?” y comienzan las
crisis del “nadie me quiere, todos me odian, mejor me como un gusanito”.
Flaco, ¡aparta la galleta de soda de tu brazo! Y tómate un momento para
pensar (PENSAR EN SERIO) y empieza a practicar el arte de “Ver lo bueno”
incluso en lo MÁS, MÁS, MÁS caca que te pueda pasar.
Y como dije hace unos días: Algún día entenderemos el porqué de las cosas,
pero mientras que la vida nos siga agarrando a puñetes: sonriamos, es la mejor
defensa y a veces causa KNOCK OUT.
Abrazos, Johanna.
Post dedicado a G. Pequeña, tú
sabes que vienen cosas mejores. Dios te moldea y trata con tu carácter para
hacerte más hermosa. ¡Y vaya que tú ya lo eres! Sigue sonriendo, que ya vas
noqueando a varios.
2 comentarios:
Pienso que todo tiene un final feliz. Si, aparentemente, algo tiene un mal final, quiere decir que en verdad aún no es el final. Sigan caminando (y)
Pienso que una forma de lograrlo es hablando eso bueno, quiza solo con decir "¡Bendición!" en lugar de "¡Maldición!" o "¡Puchicana!", seguro eso nos hará recordar que hay algo bueno en todo lo que pasa.
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