martes, marzo 12, 2013

Función a segunda vista


Imagen: http://mexicokafkiano.com

Un zona tan conocida como una sala de cine puede esconder mil y un cosas a las que muy pocos han prestado atención.

Estoy por entrar a ver una película por segunda vez, por amor a mis acompañantes, y no puedo evitar fijarme en ciertos detalles que de otra manera no hubiera visto.

Las salas son, en promedio, amplias y siempre del mismo color, un negro que te envuelve y contribuye con el aire de misterio que se produce al apagarse las luces.

Las butacas, todas iguales, cómodas pero no demasiado. Un cuadrado rojo, ni tan vivo ni tan oscuro, relleno de material suave que preserva nuestra apreciada retaguardia por 120 minutos.

Los previos comienzan y la gente sigue entrando. ¿Está libre este asiento? No, ocupado. Aquí la puntualidad pasa disfrazada como la cualidad de oro que solo algunos poseen.

Cuando las luces se apagan me doy cuenta de que la gente ya no observa fijamente la pantalla. Un pequeño y común acompañante reclama atención en distintas partes de la película. Vibra, suena, interrumpe. Y bastante.

Masticamos cancha como si se tratase de un reflejo natural. Los barriles vienen en distintos tamaños y colores. Azul, verde limón, rosado chicle. En este particular cine, el rosado puede volverse a llenar.

Todos se ríen de los mismos chistes, se asombran en las mismas partes y los aparatitos siguen fastidiando.

Está el que ríe escandalosamente, el que pide explicaciones y el que demanda silencio. Por dos horas son una especie de familia, cada uno con su rol. Aunque no sepan ni cómo se llama el de enfrente.

La función termina y la sala queda inmunda. Cancha en el piso, gaseosas vacías, la bebida derramada... Es único. Volvamos la próxima semana.


*****************

Escribí esto para una clase de la universidad. Nos pidieron describir un lugar que nos pareciera interesante y para mí, aunque muchos critiquen mi poca imaginación, no hay nada más interesante que una sala de cine. Es mi lugar favorito. Sí, #cinéfiladetected.

Anyway, interesante ¿no? Cómo algo tan divertido puede, en realidad, resultar siendo algo bastante monótono. Seguimos una misma rutina cada vez que vamos al cine, con mínimas variantes. Y sin embargo, no nos aburrimos.

Abrazos, 
Johanna.

No hay comentarios: