jueves, noviembre 19, 2015

Tú eres quien te ata (Lecciones de Cuerda)

Ayer fui a ver Cuerda, el unipersonal de Wendy Ramos. Ya mucha, mucha, MUCHA gente la vio porque la obra ha ido y venido por varias ciudades del Perú, pero pues a mí recién me tocó ayer. Wendy lo hizo espectacular y me pareció muy bacán cómo a través de lo que cuenta de su vida, tú puedes ir viendo cómo va la tuya.
 
Foto: WikiHow
Ella tenía una cuerda atada a la cintura que no la dejaba alcanzar ciertas partes del escenario y uno deduce que la cuerda representa aquellas cosas que la limitan. Pero, ¿será que la cuerda también podemos ser nosotros mismos y tenerla en cualquier parte? Me puse a pensar en eso cuando salí del teatro y seguí pensándolo hoy en la oficina. ¿Cuántas veces somos nosotros mismos los que decimos ‘No, eso no es para mí’ y no nos animamos a probar algo que podría terminar siendo bastante positivo (aunque al principio no parezca)?

Nos encanta jugar en la zona segura, nos encanta buscar el mundo de colores y quejarnos cuando no logramos alcanzar esa ‘felicidad’ por una que otra cosa; pero ¿no sería mejor aprender a disfrutar del blanco y negro también? ¿Tratar de ser feliz aun cuando nada haya salido como esperábamos?

Loco ¿no? Porque qué razón tendría yo para andar contenta cuando nada ha salido como quiero. Solo se me ocurre una, y es que eso es vivir. Lo bueno, lo malo, lo feo, lo ácido y lo dulce, todo es vida y aprender a disfrutar de cada momento hará que no nos empalaguemos. No hay que atarse,  cerrarse o enfrascarse; hay que mirar con amor a las sonrisas y por qué no, con ternura a las lágrimas.

No te ates con la cuerda de lo ‘seguro’, que arriesgarse vale la pena y se disfruta bastante cuando le encuentras el gusto.

Abrazos,

Johanna

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