viernes, febrero 10, 2017

4 hacks para ejercitarte en la oficina (y dejar de ser tan sedentario)

No creo ser la única que pasa más de 8 horas sentada tras un escritorio, cinco días a la semana. Además de esto, también pasamos un buen tiempo sentados en los buses o taxis, tanto de ida como de vuelta. Y para poner la cereza al pastel, cuando volvemos a casa no es que estemos de pie todo el tiempo, por el contrario, nos acomodamos en el escritorio, a la mesa o en la cama.

Ya sea que tengas una rutina de ejercicios o no, el punto es que pasamos MUCHO tiempo sentados, lo cual no es precisamente positivo para la salud, pues según los expertos podría producir obesidad, problemas cardíacos, enfermedades cardiovasculares, diabetes y uff, la lista continúa. En otras palabras, ¡párate, amigo!

Cuando me enteré de esto, poco más y entré en colapso, porque personalmente, paso prácticamente once horas sentada. Entonces comencé a leer y a pensar en qué rayos podía hacer para ayudar a mis articulaciones y músculos, y no morir por pasar tanto tiempo con el trasero en la silla.

Entonces, a modo de resumen, estos son los cuatro truquitos que estoy tratando de aplicar:  

1. Estírate: Puede parecer tonto, pero que no pasen dos horas sin que te pares de la silla, aunque sea para ir al baño. Cada que entro a los servicios, aprovecho que nadie me ve para levantar los brazos, flexionar las rodillas y mover un poco el cuerpo.

2. Que nadie vaya a comprar por ti: Deja de preguntar si alguien irá a comprar y párate tú. Quizás el sol te desanime, pero tus piernas te lo agradecerán (puntos extras si utilizas las escaleras en lugar del ascensor).

3. Camina después de almuerzo: La idea es que caminemos como mínimo 30 minutos al día, así que, si de esa hora que tienes de almuerzo, separas unos 20 minutos para caminar, ¡ya casi llegaste a la meta! Trato de hacer esto casi todos los días, me pongo los audífonos y desaparezco de la oficina por 20 minutos. Sí, el sol mata, pero lleva tus lentes pues (y usa bloqueador, parfavar). Camina y desestrésate un poco.

4. Baja del micro un paradero antes: Y para completar esos 30 minutos, nada mejor que bajar del bus o del taxi unas cuadras antes y caminar, a paso tranquilo, hasta tu chamba. La idea no es que corras y malogres tu maquillaje/peinado/atuendo de moda, simplemente camina tranqui, a paso relajado y mueve esas piernitas.

Esas son las cuatro cositas que estoy tratando de aplicar para que no se me pudran las extremidades inferiores (?). Ya sabes, muévete un poco más y siéntete libre de usar cualquiera de estas.

Abrazos,
Johanna.
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miércoles, enero 18, 2017

5 hábitos que decidí implementar en 2017

Me encantan las resoluciones de año nuevo. Creo que nos motivan y nos dan ese "algo" que necesitábamos para intentar alguna cosa nueva o cambiar lo que queramos. Lo que no creo es que el inicio del año sea el único momento ideal para empezar algo -en realidad soy fan de poner metas en cualquier momento-, pero sí me gusta ese feeling que produce tener la lista y saber que tienes 365 días para intentarlo. 

Además de las resoluciones, soy súper fan de leer artículos que hablan de vencer el estrés, hábitos saludables, to-do lists y todos los secretitos de organización. Dicho esto, de toda la lectura que hice últimamente, seleccioné algunas cosas que no había estado aplicando y que, aunque no están en mi resolución de año nuevo, sé que me ayudarán a tener un mejor 2017.

1. Tomar 2L de agua al día 
No gaseosa y no jugos (esos los tomo muy aparte de los dos litros), AGUA, purita y limpia. La verdad es que normalmente suelo tomar agua, pero subestimaba el buen efecto que tiene, así que ahora estoy tratando de tomar 2L diarios. Tengo una botella que llevo a la oficina todos los días y ahí estoy, haciendo el intento. Ojo que eso es lo ideal, pero si quieres puedes tomar menos. 

(Un tip: Para ver tu nivel de hidratación, puedes fijarte en el color de tu orina, mientras más oscura, más deshidratado estás).

2. Aceptar que las cosas toman tiempo
Estaba leyendo acerca de los millennials (generación nacida entre 1984 y 1995) y encontré que uno de sus rasgos más resaltantes es la impaciencia. Quieren cambiar al mundo y quieren hacerlo YA; quieren bajar de peso sin tener que asumir un estilo de vida constante, ascender en la empresa en tiempo récord, etc. Y me pasa también. Quiero las cosas al instante y si no salen, me desanimo. Decidí que este año no abandonaré la carrera solo porque me haya ido mal un par de veces; no renunciaré a mi régimen alimenticio solo porque un par de días me salí de la dieta, y sobre todo, no renunciaré a los sueños de largo plazo solo porque ese plazo parece ser más largo de lo normal.

3. Dormir más
Necesitamos descansar, es un hecho. Actualmente duermo seis horas diarias, pero mi meta es lograr dormir al menos 7 cuatro días a la semana. Dormir te relaja, te repone las energías y -para los de la onda fitness- te ayuda a mantener tu peso. 

4. Cambiar mis sábanas más seguido
A ver, no sé si todos lo hacen semanalmente, pero a mí se me olvida. Tampoco digo que me quede con las mismas sábanas por meses, pero creo que es un aspecto en el que debo mejorar. Leí que el mejor día para cambiarlas es el domingo, porque te ayuda a tener un "fresh start" y darle con todo a la nueva semana. Puede que parezca tonto, pero no lo es y quiero intentarlo.  

5. Hacer algo que me guste, siempre
El que dijo que los hobbys han pasado de moda, ¡está loco! Entre el trabajo y las mil cosas que hago, necesito algo para liberar estrés y sentirme bien. Actualmente practico Muay Thai y me encanta. A veces cuando hago cosas que me gustan, pienso "ok, si sale algo de trabajo o una cosa más importante, tendré que dejarlo", y la verdad es que eso está MAL. Hacer algo que te guste es tan importante como tus obligaciones porque aporta a hacerte sentir bien y feliz, así que he decidido dejar de darle esa connotación y valorar esos tiempos.

Y básicamente esos son los que me funcionan y quiero cumplirlos todo el año (y por qué no, toda la vida). ¿Has adoptado un nuevo hábito recientemente? Si no, siéntete libre de tomar prestado alguno de estos. 

Abrazos,
Johanna

sábado, octubre 01, 2016

Es peligrosa

Ilustración: Jonny Ruzzo
La decepción es algo con lo que lidiamos toda la vida. Desde que empezamos a relacionarnos con los demás. Quién no se dio cuenta que algún amigo no era lo que pensaba o sus padres, algún familiar, qué sé yo. Tendemos a poner nuestras expectativas en un nivel que sobrepasa lo que en realidad es. Esperamos que la gente sea como nosotros anhelamos que sean, y cuando nos damos cuenta que no es así, aparece la decepción. Casi como sentirse ofendido porque el otro no llenó el espacio que tú supusiste que le quedaría perfecto.
Pero creo que la peor parte de la decepción es cuando llega dirigida hacia ti mismo. Cuando te das cuenta de lo que eres, de dónde estás, de lo que haces, y te sientes así, ofendido por tu misma vida, por no ser lo que esperabas, por no dar la talla que una vez te pusiste a ti mismo y que por supuesto, estabas seguro lo harías.


La decepción es peligrosa, nos hace olvidar que todo es impredecible, que nosotros mismos somos impredecibles hasta con nuestros pensamientos. Hay que tener cuidado.