Espero que aún logren mantener un poco de calor a pesar de este frío y
loco clima; aunque yo, les confieso, amo el invierno. Nada de sudar como
chanchos en el horno ni de soportar ciertos olores desagradables que produce el
calor en algunas personas. Ok, no hablemos de olores, sudores ni fluidos
corporales.
¿Nunca llegan esos días en que quieres simplemente irte lejos y comenzar
de nuevo? A un lugar donde nadie te conozca, donde todo sea nuevo, donde TÚ
seas nuevo. Ya, probablemente no tengas ganas de desaparecer ni nada así, pero
por lo menos alguna vez has sentido que no entendías el porqué de muchas cosas y que querías empezar de nuevo en algún área de tu vida.
¿No sabes si eso te ha pasado? Bueno, algunos indicadores pueden ser los
siguientes –se pone los lentes-: en esos momentos sientes algo así como que
estás aburrido de lo actual, cansado de lo que te sucede, ya no quieres hacer
lo que siempre haces, sientes que no entiendes nada, quieres cosas nuevas y las quieres al instante.
Suele pasarme, debo decir. De la nada y misma loca calata andando por la
calle, me arrebato como canción de reggaetón y me provoca hacer un millón de cosas
nuevas en lugares distintos; me provoca ver caras nuevas y empezar relaciones
distintas, no porque las actuales no me gusten, sino porque algo nuevo siempre
trae un poco de emoción y adrenalina a nuestras vidas.
Y bueno, para ti, peruano promedio que al igual que yo no puede chasquear
los dedos y cambiar de casa, ambiente, perro y hermano -sí, para ti con cariño-, aquí algunas
cositas a considerar para los momentos en que esas ganas locas de botar todo,
armar maleta e irte lo más lejos posible, te invaden.
Primera cosilla, así bien simpática: Para obtener emociones nuevas, no necesitas irte muy lejos. Maifrén,
basta con mirar un poquito a tu alrededor y darte cuenta de que hay MUCHAS
cosas que aún no has hecho. De hecho, así DE HE CHO, tienes algunas cositas en
esa famosa lista de “Algún día”, “Para mañana” y por qué no, la lista del “cuando
me anime”. Bueno, te tengo noticias: ¡Llegó la hora de animarte! Si estás
aburrido y cansado de lo que te rodea, ajústate los pantalones y proponte hacer
un par de cosas que habías olvidado que querías hacer.
Segunda cosilla: No se necesitan
caras nuevas, sino una nueva manera de mirarlas. A veces podemos llegar a
aburrirnos de la misma gente, pero muchas veces es porque SIEMPRE hacemos lo
mismo...y así quién no se aburre pues, tampoco hay que exigirnos tanto. So,
deja de hacer los típicos planes de “Cine y comida”, “Compras y Starbucks”,
etc. y busca algo más emocionante que ofrecerle a tus patas. En serio, hace la
diferencia.
Tercera y final: No siempre
requieres un cambio de ambiente, sino de actitud y de rutina. ¿Te has
preguntado si las cosas se ponen aburridas porque son aburridas o porque en realidad
es tu actitud la que las pone así? Este es un punto en el que tengo que chancar
bastante. A veces, me saboteo a mí misma haciendo las cosas con una cara de
poto total y con cero disposición. Y bueno, flacos, ¿a quién no le cansa eso? Si
las cosas están feas, aburridas, densas o como quieras llamarlas, PONLE GANAS,
cambia la forma de hacerlas, el orden, cambia lo que quieras, pero CAMBIA ALGO.
Entonces, para terminar: Sacúdete lo que sea que te aqueje y haz algo
nuevo. Ponle buena cara a la vida, cambia la rutina y canta una canción. No
importa si lo haces bien o mal, que al final eres tú quien canta, se acabó.
Abrazos, Johanna.
Post dedicado a D. Algún día
entenderemos todo. Por ahora: Sonríe, maifrén, que la bonita sonrisa ya la
tienes.
3 comentarios:
Muy bueno, y gracias :3
oHH! este me encantó!!! oh gracias gracias! necesitaba recordar todo esto!! a veces nos aburrimos porque queremos no mas.. :)
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