Yo soy cuadriculada. De esas
personas que programa su tiempo y ordena su espacio constantemente; me molesta
que los planes cambien a última hora y me gusta hacer varias cosas a la vez. Tengo
amigos que piensan que ser así es perderse lo mejor de la vida y también otros
amigos cuya personalidad es similar a la mía.
Lo bonito de la amistad es que
dos personas entran en un acuerdo mutuo de soportar sus estupideces y no juzgar
al otro por no ser tan perfecto como tú juras que eres. Algunas veces es más
fácil acomodarte a las diferencias y otras no tanto, pero todo fluye si es que
uno pone de su parte.
No hay mayor error que asumir que
tú eres el amigo perfecto y que el otro no tiene que aguantar nada de ti,
mientras tú lidias con todos sus fallos de fábrica. Ese pensamiento me ha dado
vueltas por la mente un par de veces, pero creo que nunca me he sentido tan
convencida como hoy de que pensar que todo lo que aportas a una amistad es
perfecto, está mal.
Mi mejor amiga no habla mucho y
yo sí. A veces, la única voz que se escucha en nuestra hora y media de
conversación, es la mía –y sus risitas ocasionales-. A veces, eso me incomoda.
Casi siempre los momentos en que me molesta es cuando olvido que yo soy una control freak, que camino muy rápido –y la obligo a caminar igual de rápido-, que reniego hasta por gusto, que hay semanas en las que estoy súper ocupada y a las justas le digo “hola”, que muchas veces hablo demás y que otras, tengo sueño y la dejo en plena conversación porque se me está cerrando el ojo. Y ella aguanta todo eso.
Casi siempre los momentos en que me molesta es cuando olvido que yo soy una control freak, que camino muy rápido –y la obligo a caminar igual de rápido-, que reniego hasta por gusto, que hay semanas en las que estoy súper ocupada y a las justas le digo “hola”, que muchas veces hablo demás y que otras, tengo sueño y la dejo en plena conversación porque se me está cerrando el ojo. Y ella aguanta todo eso.
A lo que voy es que, en una
amistad ambas personas vienen con temas buenos y temas malos, y si tú reconoces
que tus temas son, en realidad, bastante malos, te será más fácil sobrellevar
los de otros.
Es un ‘dame que te doy’, donde las cargas compartidas hacen que
todo sea más fácil de llevar. Porque a fin de cuentas, si eres tan afortunado
como yo y encuentras a un verdadero amigo/a, verás que lo que ofrece una amistad
es tan genial que seguirías mil veces ahí aunque las fallas fueran
catastróficas.
Post dedicado a G., Por compartir todo lo que
hemos compartido y por las próximas aventuras juntas.
fuente: www.9gag.com |
2 comentarios:
"La dejo en plena conversación porque se me está cerrando el ojo"
Suele pasar...Muy buena Joa!
Te extraño
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