Los malos
días son parte de la vida, y desde que naces hasta que parpadeas por última vez,
habrá miles de esos. Por eso, mientras antes aprendamos a lidiar con ellos,
mejor.
En realidad creo que uno nunca aprende a lidiar del todo con un día malo, porque
a veces no se trata solo de un día sino de toda una semana o una temporada. Y
aunque no podemos ser 100% inmunes ante los pensamientos que esos días
desgraciados traen a nuestra cabeza, sí creo que podemos repetirnos algunas
cosas hasta que por cansancio por convicción, terminemos creyéndolas.
1. No eres un
fracaso. Eres humano, con errores y con aciertos. Eres especial, eres amado por muchos y por los que odian, ni te preocupes, esos no interesan.
2. No tengas
miedo de sentirte mal. Llora, grita y patalea. Pero luego sigue para adelante.
3. Lo único
que no debes perder nunca es la buena actitud. Es lo único que nos queda cuando lo demás ha fallado, lo único que nos diferencia y que nos ayuda a remontar.
4. Si es algo
que realmente quieres, vale la pena el esfuerzo.
5. Compararte
con otros no hará que te sientas mejor. Siempre habrá alguien mejor o peor,
pero eso no afecta en nada tu vida.
6. Vivir es
enfrentar de todo y no hay mejor vida que aquella que estuvo llena de sonrisas
pero también de lágrimas.
7. Todo
estará bien. Quizás no ahora, quizás no mañana, pero en algún momento y de
alguna forma, todo estará bien.
Y finalmente,
tómate un tiempo libre. A veces está bien no hacer nada y solo estar en cama
con una buena película y una taza de café. Así recargamos energía y quedamos
listos para lo que viene.
Abrazos,
Johanna
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